¿Se puede licitar sin experiencia previa?
Claro que sí, puedes lanzarte a una licitación pública sin tener experiencia previa en ese mundillo. O sea, no te voy a mentir: no es como ir a comprar pan, pero nadie nace sabiendo, ¿no? Lo importante es no entrar a ciegas y, sobre todo, no subestimar el papeleo. Porque sí, hay papeleo. Un montón.
Primero, antes de volverte loco llenando formularios, hay que leer todo lo que te pida la licitación. Y cuando digo leer, digo LEER, con mayúsculas. Nada de escanear por encima y asumir que “más o menos” te quedó claro. Los pliegos suelen estar llenos de detalles y tecnicismos que, si te los saltas, te pueden dejar fuera antes de empezar. Así que paciencia y, si te atoras, busca ayuda—mejor preguntar que meter la pata.
Cuando toque armar la propuesta, aunque no tengas experiencia en licitaciones, trata de que se note que sabes de tu sector. Habla de lo que haces bien, tus recursos, tu equipo… mete todo lo que sume puntos. No te inventes currículum, pero sí presume lo que puedas. Al final, lo que buscan es gente que sepa hacer el trabajo y que no desaparezca a medio camino.
Y ojo con el criterio de adjudicación. No siempre gana el que tira el precio más bajo. Muchas veces miran la calidad de tu propuesta, tu capacidad de cumplir plazos, si tienes ideas innovadoras… Vamos, que buscan algo más allá de simplemente ahorrar unos euros.
Ahora, no olvides la parte legal. Hay que tener los papeles en regla: licencias, certificados, cumplir con temas de igualdad, demostrar que no vas a quebrar en dos días… Todo eso. Puede que te pidan experiencia previa, pero muchas veces lo que les importa es que seas solvente y fiable. Si logras convencerlos de eso, tienes posibilidades.
Eso sí, no te desanimes si la primera vez no sale. Esto es como cualquier competencia: se aprende metiendo la pata, afinando la puntería y volviendo a intentarlo. Cada licitación te deja una lección y, con el tiempo, vas afinando el olfato para lo que buscan.
En fin, tirarse a una licitación sin experiencia es posible, aunque tampoco es un paseo por el parque. Infórmate bien, arma una propuesta potente, ten los papeles listos y, sobre todo, aprende de cada intento. Quién sabe, igual terminas ganando más pronto de lo que piensas.