¿Puedo modificar una oferta ya presentada?
Bueno, mira, el rollo con las licitaciones públicas es que, una vez que sueltas tu oferta, ya no hay vuelta atrás. Es como lanzar un papelito en una tómbola: lo que pusiste, ahí se queda. Y sí, todo esto es para que nadie haga trampa o trate de sacar ventaja cambiando las reglas en medio del juego. Transparencia, igualdad, competencia… lo de siempre.
Ahora, ¿hay chance de cambiar algo? Pues, casi nunca. Las leyes en la mayoría de los países son claritas: mandaste tu oferta dentro del plazo, se cerró el buzón, olvídate de andar editando precios o moviendo condiciones. Ni para arriba ni para abajo. No quieren que nadie venga con truquitos de último minuto, ¿sabes?
Claro, siempre está esa letra chiquita, porque en ocasiones (muy contadas, la neta), el propio proceso de licitación te deja meter alguna modificación o aclaración… pero solo si es antes de que cierre el plazo. Por eso hay que leer el pliego de condiciones como si fuera el contrato de tu plan de datos: ahí está todo lo que puedes y no puedes hacer.
Y bueno, en casos raros, después de mandar tu oferta pero antes de que te digan “tú ganas”, la entidad puede pedirte que aclares algún punto. Pero ojo, no puedes aprovechar para cambiar algo crucial o darte una ayudadita extra. Es más bien para que expliques alguna duda, no para reescribir la historia.
Así que, si eres empresa y quieres entrarle a una licitación, lo mejor es revisar diez veces todo antes de mandarlo. Lee bien lo que piden, arma tu estrategia, checa los números, y asegúrate de que los papeles no tengan errores. Porque una vez que le das “enviar”, ya bailó.
En resumen: modificar una oferta ya presentada en una licitación pública es casi misión imposible. Hay excepciones, sí, pero son pocas. Lo ideal es hacer las cosas bien desde la primera, para no andar llorando después.