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¿Cómo se calcula el plazo de ejecución?

Ejecución Contratos

Vale, aquí va una versión más “humana” y menos robótica del asunto:

El famoso plazo de ejecución en una licitación pública, básicamente, es el tiempo que tienes para sacar adelante un contrato desde que arrancas hasta que lo entregas, con lacito y todo. Y sí, es clave—si te pasas, te comes penalizaciones… o peor, te quedas fuera del juego.

Todo arranca cuando la administración (o sea, el que pone la pasta) saca la licitación. Ahí es cuando empieza la cuenta atrás. ¿De qué depende ese plazo? Pues, de un montón de cosas: lo grande o complicado que sea el proyecto, los recursos que vas a necesitar (gente, materiales, café… lo que haga falta), y los marrones que puedan surgir por el camino, desde líos técnicos hasta problemas legales. Si ves que la cosa huele a desastre potencial, mejor suma margen, porque luego vienen los lloros.

No te olvides: el plazo no es solo para poner ladrillos o lo que sea que toque hacer. También cuenta el tiempo que pierdes (perdón, “inviertes”) haciendo papeleo, informes, reuniones eternas y toda esa parafernalia que nadie cuenta pero que siempre está ahí.

El plazo puede venir en días, semanas, meses o años, según el tamaño del lío. Y ojo, a veces te lo ponen continuo (sin festivos ni puentes) y otras veces te dejan respirar un poco. Pregunta bien, porque luego vienen los sustos.

Las empresas que se meten en esto tienen que hilar fino con el cálculo. Si te flipas y prometes terminar antes de lo posible, luego llegan las prisas, los errores y las multas. Si vas demasiado conservador, ni ganas la licitación. Por eso, lo suyo es rodearse de gente que sepa de gestión y licitaciones, de esos que ya han visto de todo y no se asustan fácil.

Ah, detalle importante: la Ley de Contratos del Sector Público no es un adorno. Marca plazos máximos y mínimos que hay que respetar sí o sí. Si te los pasas por el forro, te pueden echar del concurso o meterte una sanción. Así que mejor no tentar a la suerte.

En fin, que calcular bien el plazo de ejecución es vital si no quieres líos. Hay que saber de qué va el proyecto, qué puede salir mal, y cuánto tiempo necesitas de verdad. Si no lo haces bien, te puedes quedar fuera o, peor, meterte en un berenjenal de retrasos y penalizaciones. Así que ojo, cabeza fría y a calcular con ganas.

Marta Jiménez

Marta Jiménez

Experta en contratación pública • Transformación digital de licitaciones • Formadora y autora en Tendios

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