¿Cómo mejorar mi ratio de adjudicación?
Si una empresa quiere pillar más contratos públicos, tiene que ponerse las pilas con el ratio de adjudicación. No es opcional, es básico. Pero bueno, esto va más allá de presentar papeles y cruzar los dedos. Lo primero es pillar cómo funciona el juego: las licitaciones públicas tienen sus reglas — transparencia, igualdad, competencia. En teoría, todos parten igual… pero ya sabemos que, en la práctica, si no tienes claro qué buscan, te comes los mocos.
La adjudicación no es una tómbola. Los criterios están claritos en los pliegos y, si no los entiendes, mejor ni te presentes. A ver, mucha gente piensa que “económicamente más ventajosa” es lo mismo que “la más barata”. Error de novato. Muchas veces pesan más cosas como la calidad, la innovación, si tu propuesta es eco-friendly, o si tienes en cuenta la accesibilidad. Hasta el diseño importa. Así que, si tu empresa no está empapada de estos rollos, apaga y vámonos.
¿La clave? Una propuesta a prueba de bombas. Nada de chapuzas ni de cortar-pegar. Hay que masticarse los requisitos, currarse una oferta bien presentada, y no olvidar ni un papel. Si tú no entiendes lo que piden, ¿cómo esperas que te tomen en serio?
Y otra: deja de querer abarcar todo el mercado. Especialízate en lo que sabes hacer. Si eres el crack de un sector concreto, tienes media batalla ganada. No solo vas a sonar convincente, sino que probablemente tengas soluciones que los demás ni imaginan.
Por cierto, esto no es para despistados. Si te enteras tarde de las licitaciones, ya ni lo intentes. Hay que estar encima, mirando los portales, las webs oficiales, hasta los boletines, si hace falta. Responde rápido, porque aquí el que pestañea, pierde.
Y la última, que parece de cajón pero la gente pasa: aprende de tus cagadas. Si no te dieron el contrato, pregunta por qué. Analiza, revisa, pide feedback, lo que sea. La próxima vez, no te pillarán con los pantalones bajados.
Resumiendo: para mejorar el ratio en licitaciones públicas, hay que conocer el terreno, currarse propuestas que destaquen, especializarse en lo que uno domina, estar siempre atento a las oportunidades y, cuando te caigas, levantarte con más experiencia. Así sí que puedes empezar a soñar con ganar más contratos públicos. Lo otro, puro cuento.
